INTRODUCCIÓN
El Romanticismo es un periodo de la Historia de la Música
y del Arte en general que comprende más o menos el siglo XIX, si bien los
límites de su duración no siempre están claros. Se suele decir que el
Romanticismo comprende aproximadamente desde principios del siglo XIX hasta
principios del siglo XX (1914).
Esta es una época que se caracteriza por los sentimientos
y la sensibilidad desbordados. Es decir, que el sentimiento, la fantasía y las
emociones son más importantes que la razón. Hay a menudo un gran interés por la
imaginación y por los ambientes misteriosos y lúgubres. Así lo reflejan la obra
de grandes escritores y pintores de la época.
Desde el punto de vista político, el Romanticismo es un
periodo clave en la historia. Muchos de los países modernos se formaron en esta
época, como es el caso de Italia y de Alemania (que hasta el siglo XVIII no
existían como países, sino que eran multitud de pequeños estados), y de la
mayoría de los países Sudamericanos, que se independizaron del Imperio Español.
También desde el punto de vista social hubo importantes
avances en este siglo. Se consiguen numerosos derechos que antes no existían
para los trabajadores, para las mujeres y para los niños.
La ciencia en el siglo XIX, sobre todo en la segunda
mitad, pone las bases de la ciencia moderna. En física, en biología y en
medicina se producen importantes descubrimientos que mejoran notablemente la
calidad de vida de las personas. Y a partir de 1880 se produce lo que se llamó
la Segunda Revolución Industrial, con grandes mejoras en la industria y en las
comunicaciones.
Respecto a la música, cada periodo de la historia ha
tenido su importancia desde el punto de vista musical, pero sin duda el siglo
XIX es el más importante de todos los periodos, pues la gente en esa época
pensaba que la música era la más importante de las artes. Casi todo el mundo
hablaba de música, acudía a los teatros si se lo podía permitir, los periódicos
escribían de música cada día, e incluso se hacía música en muchas casas. La
música era, en definitiva, la más romántica de las artes.
Como prueba de la importancia que alcanzó la música en
esta época, está el hecho de que en las principales ciudades europeas y
americanas se construyeron teatros para la ópera, y se fundaron algunas de las
orquestas más antiguas que existen hoy en día: en Viena, en París, en Madrid,
en Barcelona, en Buenos Aires…
LA MÚSICA
ROMÁNTICA
La música romántica tiene unas características propias
que la distinguen de la música de otros periodos de la historia. Podemos
resumirlas en los tres siguientes puntos:
·
Esta música considera
más importante la expresión de las emociones que la forma de la música misma.
·
Las melodías
románticas son apasionadas, y las armonías son ricas y variadas.
·
A lo largo del siglo
XIX la orquesta crece mucho, hasta llegar a la gran orquesta posromántica.
Vemos así que las emociones son muy importantes en la
música; lo que persigue un compositor con su música es que el espectador se
emocione con ella. Esto es lo principal en una obra musical, más que la forma
que pueda tener la música, su equilibrio, o cualquier otra cualidad. Y esa
expresión lo consigue mediante melodías muy apasionadas, que llegan
directamente al corazón, y unas armonías y una orquestación muy variada y
colorista, llena de contrastes.
Como sucede con todo periodo de la historia extenso, éste
se suele dividir a su vez en varios subperiodos, habitualmente en tres. Así, el
Romanticismo se puede dividir en las siguientes etapas:
·
Primer romanticismo:
desde comienzos del siglo XIX hasta mediados del siglo.
·
Segundo romanticismo:
desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1880.
· Posromanticismo: desde la década de 1880 hasta principios
del siglo XX.
Son muchos los compositores importantes del Romanticismo,
cuya música forma parte hoy día de los programas de concierto de cualquier
orquesta del mundo. Algunos de los más importantes (aunque no todos) serían los
siguientes:
·
Primer romanticismo:
las últimas obras de Beethoven, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Chopin.
·
Segundo romanticismo:
Liszt, Wagner, Brahms, Verdi.
·
Posromanticismo: Mahler, Richard Strauss, Bruckner.
LA MÚSICA
PARA PIANO
El piano es el gran instrumento inventado en el
Romanticismo, instrumento potente y de gran expresividad, idóneo por tanto para
la expresión de los sentimientos románticos. En el siglo XVIII (en la época de Mozart)
lo que existía era el forte-piano, un instrumento parecido, pero no es el piano
romántico, que es el piano moderno que hoy día conocemos. Se inventaron dos
tipos de piano: uno grande (de cola) para las salas de concierto, y otro de
pared (o vertical) para las casas. Éste último ocupaba poco espacio, era como
un mueble más en las casas burguesas.
La importancia del piano durante el siglo XIX fue
impresionante. Prácticamente no había hogar de nivel social medio-alto donde no
hubiera un piano, el cual tocaba algún miembro de la familia, y servía para
amenizar las fiestas cantando canciones en familia o entre amigos. Cualquier
muchacha de clase media y buena educación debía saber tocar el piano, por lo
que muchos músicos se dedicaron a dar clases particulares a señoritas de la
burguesía.
Como consecuencia del gran apogeo del piano, creció toda
una industria alrededor de este instrumento. Se fabricaron pianos a millares, y
se compusieron miles y miles de obras. Además de las obras extensas para
concierto (como sonatas, conciertos para piano y orquesta, etc.), se
compusieron multitud de pequeñas piezas para piano, que recibieron distintos
nombres según su carácter o su funcionalidad: nocturno, estudio, balada,
polonesa, mazurca, etc. Algunas de estas piezas servían para el estudio del
instrumento, otras estaban basadas en alguna danza (mazurca, polonesa, polca),
otras son más bien poéticas (nocturno, balada), etc.
Se puede decir que la práctica totalidad de los
compositores del Romanticismo eran buenos pianistas, pero algunos de ellos
fueron excepcionalmente buenos. Entre los mejores podemos citar al menos a
tres: Frédéric Chopin, Robert Schumann y Franz Liszt. Chopin dedicó toda su vida
exclusivamente al piano. Por su parte, Franz Liszt era el pianista más famoso y
cotizado de su época. Era aclamado en todas las ciudades como un ídolo, y sus
conciertos provocaban la admiración de todo aquel que lo escuchaba. Ganó
muchísimo dinero y admiración como intérprete de piano, más que como
compositor.
LA MÚSICA
SINFÓNICA
Pero aparte del piano, lo más atractivo de la música del
Romanticismo es la música sinfónica. Y es que el siglo XIX es el gran siglo de
la orquesta. Desde principios de siglo hasta finales la orquesta crece
muchísimo, llegando a haber grandes orquestas de más de cien músicos, con todo
tipo de instrumentos de cuerda, viento y percusión. Los instrumentos de viento
mejoran muchísimo su técnica y su calidad de sonido.
De esta manera, casi todos los grandes compositores de
esta época compusieron música para orquesta, especialmente conciertos para un
instrumento solista y orquesta, y sinfonías.
Se puede decir que la sinfonía se convirtió en la gran
forma musical para orquesta, por lo que hubo grandes sinfonistas en este
periodo. Algunos de los más importantes sinfonistas del Romanticismo fueron:
·
Franz Schubert: 9
sinfonías.
·
Félix Mendelssohn: 5
sinfonías.
·
Robert Schumann: 4
sinfonías.
·
Anton Bruckner: 9
sinfonías.
·
Johannes Brahms: 4
sinfonías.
·
Anton Dvorak: 9
sinfonías.
·
Tchaikovsky: 6
sinfonías.
· Gustav Mahler: 9 sinfonías.
Durante el Romanticismo los compositores cultivaron
prácticamente los mismos géneros musicales que habían compuesto los
compositores clásicos, tanto en música de cámara, como en música sinfónica, y
también en música vocal.
Sin embargo, uno de
los principales inventos de este periodo sería la música programática. Ésta se
puede definir como un tipo de música sinfónica que sigue un tema o programa
literario, el cual inspira la obra. Las dos formas de música programática son:
la sinfonía programática, y el poema sinfónico. Los primeros compositores en
componer este tipo de música fueron Héctor Berlioz y Franz Liszt.
La sinfonía programática
consistía en una sinfonía (con sus tres, cuatro o más movimientos), pero con
ella se pretendía contar alguna historia o relato, sólo con los sonidos de la
orquesta. Un ejemplo podría ser la sinfonía “Harold en Italia”, de Héctor
Berlioz, donde la orquesta trata de describir todos los acontecimientos que el
personaje, Harold, vive en su viaje por Italia, tal y como se relatan en el
libro.
Por su parte, el
poema sinfónico es una pieza en un solo movimiento, que suele durar entre 5 y
15 minutos, e igualmente trata de describir con los sonidos de la orquesta una
historia o relato literario.
LA MÚSICA
NACIONALISTA
El Romanticismo
también supuso el apogeo del nacionalismo musical. Éste se puede definir como
aquella música que busca la esencia nacional haciendo uso de la danza y la
canción folclórica de un país o región.
Los países donde el
nacionalismo se desarrolló con mayor fuerza fueron aquellos en los que hasta el
siglo XIX no habían tenido una gran tradición musical internacional, como era
el caso de Italia, Francia, o incluso Alemania desde el siglo XVIII. Por tanto,
sería en Rusia, en Centroeuropa, en los países escandinavos, y también en
España, donde surgirían los más importantes compositores nacionalistas del
siglo XIX, los cuales utilizaron en sus obras elementos musicales propios de su
folclore nacional.
Algunos de los más
importantes compositores nacionalistas fueron:
·
En Rusia: Glinka,
Rimski-Korsakov y Mussorgsky.
·
En Centroeuropa:
Smetana y Anton Dvorak.
·
En España: Enrique
Granados e Isaac Albéniz.
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EL LIED Y
LA CANCIÓN ROMÁNTICA
En Alemania surgirá
un nuevo género vocal romántico. Se trata del lied, que significa canción en
alemán, pero generalmente hace referencia a la canción alemana del siglo XIX,
la cual logra una íntima unión entre poesía y música. Suele ser compuesta para una
voz acompañada de piano, aunque algunos lieder son para más de una voz. A
finales del Romanticismo se compusieron lieder para voz y orquesta. Las formas
que suele adoptar el lied son: estrófica, ternaria (A – B – A), o rondó (A – B
– A – C – A).
A veces eran
canciones sueltas sobre poemas aislados, pero en otras ocasiones estas
canciones se publicaban en colecciones, donde todas las canciones de la
colección tenían algún tema en común.
Prácticamente todos
los compositores románticos alemanes compusieron lieder, pero entre los
principales podemos citar a los siguientes, con alguno de sus ciclos de
canciones más famosos:
·
Franz Schubert (“La
bella molinera”).
·
Robert Schumann
(“Amor de poeta”).
·
Johannes Brahms.
·
Hugo Wolf.
Franz Schubert se
puede considerar el inventor de este género, pues compuso nada menos que más de
600 lieder. Utiliza el piano para crear figuraciones que tienen relación con
elementos que describe el poema (como por ejemplo imitar el correr del agua o
el girar de una rueda).
Después de Schubert será Robert Schumann el otro gran
compositor de lieder, con más de 200, donde la música expresa con gran
intensidad los sentimientos del poema. Su mujer Clara también era un buen
músico, y compuso numerosos lieder.
Johannes Brahms y
Hugo Wolf también cultivaron este género musical, y Gustav Mahler fue uno de
los primeros en componer grandes lieder con acompañamiento de orquesta.
La enorme popularidad
del lied traspasó las fronteras de Alemania, y en otros países se compusieron canciones
con características propias. Así, en Francia se compusieron las mélodies.
En España se
componían canciones que se acompañaban de piano o de guitarra. Había dos tipos
de canción española: una de carácter popular (sobre todo andaluz), y otra de tipo
internacional. El sevillano Manuel García es uno de los principales
compositores de canciones españolas de este periodo.
LA ÓPERA
ITALIANA
Durante el
Romanticismo la ópera floreció en varios países de Europa, y en cada país la
ópera tuvo características propias. Pero sin duda sería la ópera italiana la
que más gustaba, la que más popularidad alcanzó, y no sólo en Italia, sino
prácticamente en todo el mundo. Y es que la ópera italiana tenía unas
características que la hacían más atractiva que otras óperas o que otros
espectáculos, por eso gustaba tanto. Esas características de la ópera italiana
del siglo XIX las podemos resumir en las siguientes:
·
Melodías de gran
belleza.
·
Gran virtuosismo de
la voz.
·
Un importante
protagonismo de los coros.
Ese gran éxito de la ópera italiana llevó a que los
principales compositores de ópera fueran personas famosas y aclamadas en todo
el mundo. Durante el primer Romanticismo podemos destacar sobre todo a tres
compositores italianos. Sin duda el de más éxito, y no sólo en Italia, sería
Rossini. Sus óperas llenaban los teatros, y el compositor era aclamado por el
público en todas partes donde se representaban sus óperas. No todas sus óperas
fueron igual de famosas, pero sí tuvo varias que fueron las favoritas del
público. Y sin duda la de mayor éxito y la preferida por el público de todos
los países sería su ópera El barbero de Sevilla. Gracias al gran éxito de sus óperas Rossini dejó de componer óperas a
mitad de su vida, y se dedicó a vivir del dinero que le proporcionaban las
óperas que había compuesto anteriormente, que eran aclamadas en todas partes.
Después de Rossini, otros dos compositores de ópera italiana de gran
éxito fueron Donizetti y Bellini.
Entre las muchas óperas famosas de Donizetti podemos mencionar a Don
Pasquale. Bellini vivió poco
tiempo (34 años) y compuso tan sólo diez óperas. Una de sus más famosas sería Norma.
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En el segundo Romanticismo (también llamado Romanticismo pleno) destacó
por encima de todos una gran figura de la ópera italiana: Giuseppe Verdi. Su éxito y su fama traspasaban el mundo
de la música, pues llegó a ser una de las personas más queridas del pueblo
italiano, quien lo aclamaba incluso para el mundo de la política (había quien
quería que se presentara a presidente de la República Italiana). De las
muchísimas óperas que Verdi compuso (pues vivió casi 90 años), varias de ellas
fueron muy famosas en todo el mundo. Podemos mencionar, por ejemplo, a Nabuco,
Rigoletto, La traviata y Aida.
A finales del siglo XIX se desarrolló en Italia un tipo de ópera con
unas características distintivas. Se llamó el verismo, y podemos definirla como
un tipo de ópera de finales del siglo XIX en
la que se pretende exponer la vida real de su tiempo tal y como es. El
principal compositor considerado del verismo es Giacomo Puccini, con óperas tan
famosas como: Tosca, y Madame Butterfly.
LA ÓPERA EN
OTROS PAÍSES EUROPEOS
En Alemania surgiría en este periodo una ópera con características propias
y algo diferente a la ópera italiana. El compositor Carl Maria von Weber se considera el iniciador de la
ópera romántica alemana en la primera mitad del siglo XIX. Su ópera más famosa
es El cazador furtivo.
Sin embargo, el
compositor alemán más importante de ópera es Richard Wagner, ya en la segunda
mitad del siglo. Algunas de sus grandes óperas son: Los Maestros Cantores y
Tristán e Isolda. Se trataba de óperas grandiosas, varias de ellas de
más de cuatro horas de duración. Él no quería que sus obras se llamaran
“óperas”, pues ésta es una palabra italiana, y prefería que se la llamara
“drama wagneriano”. Las características del drama wagneriano son:
·
Trata casi siempre de
temas mitológicos y de leyendas antiguas.
·
Utiliza el alemán
como idioma.
·
Consigue una íntima
unión entre poesía, música y teatro.
·
La orquesta es el
elemento principal de estas óperas.
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Una variante de la ópera sería
la opereta. Podemos definirla como una
obra escénica en la se combinan pasajes hablados con otros cantados, y sus
temas solían ser alegres y humorísticos. Se diferencia por tanto de la ópera
porque no es todo música de principio a fin, sino sólo algunas partes llevan
música.
La opereta se cultivó
principalmente en Francia con Jacques Offenbach, y en Austria con Johann
Strauss.
Con el auge del
nacionalismo en el siglo XIX surgieron óperas nacionales en varios países
europeos que no eran los países de mayor tradición musical. Es decir, surgieron
tipos de óperas fuera de Italia, Francia y Alemania. Así, en Rusia el nacionalismo
tuvo una gran implantación, y se gestó una música nacionalista rusa tanto en
música instrumental como en música vocal.
Algunos compositores
importantes de ópera rusa en el siglo XIX fueron:
· Glinka.
· Mussorgsky: Boris
Godunov.
·
Tchaikovsky: Eugen Oneguin.
LA ZARZUELA
ESPAÑOLA
En España también
surgió una ópera nacionalista, pero más que la ópera sería la zarzuela lo que
el público español prefería. La zarzuela tomó forma en la segunda mitad del
siglo XIX, y había dos tipos: zarzuela grande y zarzuela chica.
Como indica su
nombre, la zarzuela grande era una obra de larga duración, con las siguientes
características:
·
Tiene tres actos,
alternando partes habladas con partes musicales.
·
Trata de temas
históricos españoles.
·
Los coros tienen un
gran protagonismo.
Puede considerarse a
Francisco Asenjo Barbieri el principal compositor de zarzuela grande en el
siglo XIX, y su obra más famosa El barberillo de Lavapiés.
Por su parte, el
llamado género chico apareció a partir de 1880. Eran obras cortas, de aproximadamente
una hora, de manera que había muchas funciones a lo largo del día (casi una
representación por cada hora), a las cuales el público podía acudir por un
precio muy asequible. El género chico en España tiene las siguientes
características:
·
Tiene un solo acto,
alternando partes habladas con partes musicales.
·
Es frecuente la
presencia de ritmos y danzas españolas.
·
Sus temas son sobre
asuntos cotidianos, y sus personajes son gente sencilla.
Algunos compositores
famosos del género chico español son: Federico Chueca, Tomás Bretón, Ruperto
Chapí, y Jerónimo Jiménez.
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